CONSTRUCCIONES EN LA ETAPA DE ECHEVARRIETA
1917-1952
C/Nº 21 SUBMARINO "E1"

La construcción de este prototipo de sumergible alemán fue uno de los negocios que durante la década de los veinte relaciono a Horacio Echevarrieta con la industria alemana.

Las primeras noticias del proyecto de construir el submarino en España datan a finales de 1924 cuando el empresario Guillermo Pasch mandó a Echevarrieta los planos de dos modelos. Poco después, el 5 de Febrero de 1925 llegaron a Madrid tres ingenieros alemanes para entrevistarse con el financiero vasco y sus técnicos de Astilleros de Cádiz. Los planes eran que Echevarrieta realizara las oportunas gestiones ante el Ministerio de Marina español para que este solicitara un informe del proyecto alemán.

El apoderado de Echevarrieta en Madrid, Rafael Ferrer tenía sus reservas sobre el negocio. No solo condicionó la aceptación del encargo a que el Ministro español dieran su visto bueno al informe del Almirantazgo alemán, sino que además no aceptó los planos que Pasch quería darle hasta que no se concretizará más el asunto.

Todos estos problemas se superaron durante 1916 y la primera mitad de 1927 porque el 4 de Octubre de este año Echevarrieta firmó un precontrato para construir un submarino de 650 toneladas. Una casa holandesa facilitaría todos los materiales y maquinaria preparados para que la factoría gaditana solo hiciera el montaje. Horacio Echevarrieta aportaba las instalaciones del astillero y el sueldo de los empleados españoles. El resto, incluyendo la tripulación, seria alemán. El convenio se convirtió en contrato el 13 de Diciembre.

A partir de ese momento los preparativos se sucedieron. En Abril de 1928 el ministerio de Hacienda firmó una Real Orden reservada que concedía a Horacio Echevarrieta la exención de los derechos arancelarios de importación de los materiales para el submarino. Por fin, el 25 de Marzo de 1929 se ponía la quilla del que sería conocido como E-1. Nombre equívoco que jugaba tanto con la denominación de una nueva serie, la Armada Española ya poseía los tipos A, B y C, como con la primera letra de España o Echevarrieta. Un año y medio más tarde, el 22 de Octubre de 1930, con Primo de Rivera ya muerto, el submarino se botaba en Cádiz. A partir de este instante comenzaría la larga aventura de venderlo.

En un primer momento pareció que la Armada Española estaba interesada en él. A los pocos días de su botadura, Echevarrieta escribió a las autoridades ofreciéndoselo por 8.883.750 pesetas. Precio que podía ser rebajado hasta 7.725.000 pesetas. Sin nada decidido, el sumergible realizó sus pruebas un año más tarde en la base de Cartagena. Echevarrieta solicitó que asistiera a ellas una Comisión Inspectora Técnica que emitiera un informe. Las autoridades de Marina aceptaron, subrayando su carácter de mera observadora y que no indicaba compromiso alguno. No iba a resultar fácil la compra. No se trataba de una cuestión técnica, en realidad el prototipo obtuvo en sus pruebas unos resultados muy favorables, sino de política industrial y naval. El gobierno de Primo de Rivera no se había comprometido oficialmente y las nuevas autoridades republicanas se mostraban mas sensibles a las sugerencias y presiones inglesas.

Apremiado por sus dificultades económicas Horacio Echevarrieta inicio gestiones para venderlo en el extranjero. De los contactos que mantuvo el más intenso fue con un grupo francés que estaba dispuesto no solo a comprar el sumergible, por 1,5 millones de dólares, sino también a llegar a un acuerdo para constituir una sociedad a la que aportaría el astillero y la fábrica de torpedos gaditana y el contrato de construcción de mil torpedos por un total de quince millones de pesetas en acciones. Gestiones que se aceleraron cuando a fines de año el Ministerio de Marina español devolvió los planos del buque a las oficinas de Echevarrieta en una clara indicación de que no le interesaba la operación. Entonces los contactos galos se intensificaron.

Fracasadas las gestiones con los franceses, otro intermediario intentó sin éxito vender, durante el primer trimestre de 1933, el submarino a Francia, Polonia y Yugoslavia. A fines de Marzo de 1933 la compra estaba estancada. Aunque pareció en Abril que los polacos estaban interesados, durante el verano las gestiones fracasaron definitivamente cuando el gobierno de Varsovia se decidió, ante las presiones francesas, por un modelo galo. Fueron los meses durante los que el bilbaíno realizó un ultimo intento por venderlo en España.

Echevarrieta estaba convencido de que la compra no se efectuaba por razones políticas y para contrarrestarlas pidió que las pruebas definitivas que iban a efectuarse en Valencia durante julio de 1933 asistiera una comisión que decidiera si interesaba el sumergible a la Armada Española. Casi un año tuvo que esperar antes de que sus gestiones parecieran que iban a tener éxito. Durante los últimos días de Junio de 1934 la Comisión de Marina de las Cortes Española decidió solicitar a la cámara que aprobara una Ley autorizando la compra. El precio que en ese momento pedía Echevarrieta era de 13.000.000 Ptas.

Pero una vez más se quedó en el camino. Los diputados no pudieron discutir ni la propuesta favorable de la Comisión, apoyada por una nota parlamentaria elaborada por el gaditano Ramón de Carranza, ni los votos particulares que se oponían a la compra. Poco días después las sesiones parlamentarias suspendían sus sesiones. Los sucesos revolucionarios de Octubre de 1934 en los que se vio envuelto Echevarrieta no propiciaban una situación que aconsejaran la adquisición del submarino.

Además antes, en Septiembre, los contactos con el gobierno turco estaban muy adelantados y a fines de año, los representantes del empresario, encarcelado por entonces en la Modelo de Madrid por los sucesos de Asturias, firmaron un acuerdo por el que submarino pasaba a propiedad del gobierno turco. La venta la liquidaron la casa holandesa que aportó los materiales y el propio Echevarrieta, ya en libertad, en Julio de 1935. El sumergible fue vendido en 8.932.100 pesetas. De ellas, tras deducir las 2.877.960 que se habían empleado en el montaje, quedaba una cifra neta de 6.054.139 pesetas. El porcentaje de comisión que le quedaba al vasco era el 18,6 % es decir 1.126.069 pesetas. No pudo disponer de una sola.

Durante los años anteriores Echevarrieta había negociado la comisión que esperaba conseguir por la venta con varios de sus acreedores. El total de la suma era más de 1,7 millones de pesetas. Por lo tanto tuvieron que prorratearse el dinero disponible. Solo se pudo saldar el 54 % de las cantidades adeudadas. Por fin, tras la autorización del Ministerio de Hacienda, el submarino abandonó Valencia en Julio de 1935 con destino al puerto de Estambul.

FICHA TECNICA
ARMADOR :................ Marina Española
TIPO :....................................... Submarino
ESLORA :................................... 72,38 M.
MANGA :..................................... 6,20 M.
PUNTAL :..................................... 3,48 M.
TONELADAS P.M.:.................... 650 TM
PUESTA QUILLA :................. 25/03/1929
BOTADURA :.......................... 22/10/1930
PRUEBAS :............................... Julio 1933
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